Liposucción, no es una aspiradora para el sobrepeso
En principio se utilizó sólo para extraer grasa en abdomen, pero ahora se emplea en el tratamiento de otras zonas del cuerpo. Muchas personas ven a la liposucción como remedio mágico para bajar de peso, aunque arriesgan su vida al ponerse en manos inexpertas.
Si tienes en mente someterte a liposucción haz a un lado la falsa idea de que está indicada para bajar de peso, reducir el volumen de senos o tratar la celulitis, pues únicamente es útil para modelar la figura. Por tanto, sólo obtienen buenos resultados las personas delgadas con algunos depósitos de grasa, siempre y cuando acudan con un cirujano experto y se encuentren física y mentalmente saludables.
La liposucción consiste en retirar acumulaciones de grasa en abdomen, caderas, glúteos, muslos, rodillas, brazos, cuello, papada y mejillas, a la cual puede recurrirse cuando se han agotado todos los recursos dietéticos y rutinas de ejercicio para reducir esas zonas.
Dicho método fue inventado en Italia durante la década de los 70 por un ginecólogo y, posteriormente, retomado en Francia por un cirujano plástico. A partir de 1980 se difundió a otros países, donde fue vista como el recurso ideal para acabar con la obesidad. Sin embargo, ese entusiasmo inicial disminuyó cuando surgieron complicaciones y provocó la muerte a algunas personas, debido a que les retiraban gran cantidad de grasa y el proceso no era realizado por médicos calificados.
Entonces, debe quedar muy claro que las personas con sobrepeso no son consideradas candidatas para la liposucción; asimismo, quienes tienen tejidos muy fláccidos tampoco deben someterse a este proceso, debido a que se formarán desagradables pliegues en las zonas tratadas.
Quien desee realizarse la liposucción deberá contar con una historia clínica que incluya datos sobre enfermedades pasadas, hábitos alimenticios y los medicamentos que esté ingiriendo al momento de la intervención. Asimismo, deben considerarse edad, peso y número de embarazos, además de valorar las expectativas del paciente, que en muchos casos son exageradas, por lo que es obligación del cirujano hacerle ver que la intervención no es milagrosa.
Las pruebas para realizarse la liposucción son:
- Análisis de deformidad: estudia las zonas fáciles y difíciles de tratar.
- Test de calidad: valora el estado de la piel para conocer su elasticidad.
- Pinching test: permite identificar el tipo de grasa, que puede ser blanda o dura.
Antes de realizar la intervención deben marcarse las zonas a tratar, señalando con mayor énfasis aquéllas en las que se extraerá más cantidad de grasa. Posteriormente, se inyecta un suero para ablandar al tejido adiposo (donde se acumula la grasa) y se aplica anestesia, que puede ser local o general.
En cuanto a la anestesia, cabe destacar que hay tres diferentes formas para realizar la liposucción:
- Método tradicional: en el que se aplica anestesia general.
- Ultrasónica: previamente se usan equipos especiales que emiten ondas de sonido para ablandar la grasa.
- Técnica tumescente: que no requiere anestesia general, sólo se inyecta una solución con anestésico y epinefrina (sustancia que disminuye el sangrado durante y después del tratamiento).
Una vez anestesiada, se hacen incisiones en piel de 2 a 10 mm para insertar a través de ellas un tubo muy fino (cánula), conectado a una especie de aspiradora que succiona la grasa. Cuando finaliza el proceso se coloca una faja elástica que deberá portarse al menos durante un mes.
Riesgos
Como toda intervención quirúrgica, siempre se corren riesgos, por ejemplo, de sangrado excesivo, infección, daño a tejidos importantes o hasta la muerte. En el caso de la liposucción puede considerarse un proceso seguro cuando es efectuada por cirujanos que conocen la técnica y cumplen con las reglas de cualquier cirugía, que implican exámenes de laboratorio previos, que la intervención se realice en un quirófano con el apoyo de un anestesiólogo, se administre antibiótico preventivo y analgésicos para aliviar el dolor tras la operación.
El sangrado y el riesgo de que la anestesia dañe al paciente es menor cuando se aplica la técnica tumescente, aunque puede causar problemas de toxicidad debido a la administración del anestésico local y epinefrina. En el caso de la ultrasónica pueden producirse quemaduras, y la que aplica anestesia general debe evitarse en pacientes con padecimientos cardiacos, circulatorios o de coagulación. Pero no te sientas decepcionada, pues generalmente las complicaciones se presentan cuando la liposucción es practicada por personas poco preparadas.
Por otra parte, es importante que consideres que podrás apreciar su nueva figura después de 4 ó 6 meses, ya que las zonas tratadas se inflaman y el espacio donde se encontraba la grasa tarda un poco en cerrarse. La liposucción es definitivamente una técnica altamente efectiva que te puede brindar un nuevo contorno corporal con escasas cicatrices. Los resultados pueden ser permanentes, dependiendo de tus hábitos alimenticios y rutina de ejercicio, pero en caso de que ganes peso lo más probable es que sea de manera uniforme y no en áreas localizadas.